EL DESARROLLO DE PROYECTOS PARA INNOVAR UN
PRODUCTO O PROCESO DE SU ENTORNO
La innovación puede ser
definida como aquel proceso mediante el cual ciertos productos o procesos
productivos, desarrollados en base a nuevos conocimientos o a la combinación
novedosa de conocimiento preexistente, son introducidos eficazmente en los
mercados, y por lo tanto en la vida social. Para los consumidores la innovación
significa mejores productos en términos de calidad y precio, servicios más
eficientes, y como resultado, una mejor calidad de vida. Para las empresas, la
innovación trae como resultado mejores retornos derivados de la posibilidad de
producir bienes y servicios diferenciados, preferidos para sus clientes o de
utilizar técnicas productivas más eficientes que sus competidores. Asimismo,
aquellas empresas que generan capacidades permanentes en el campo de la
innovación contarán con el conocimiento necesario para dar respuesta rápida y
eficaz a las amenazas competitivas de sus rivales. Todo ello se traduce en la
posibilidad de crecer sostenidamente, generar más y mejores empleos,
incrementar las remuneraciones y mejorar las condiciones laborales. Para la
economía chilena como un todo, la innovación es un factor esencial para
sostener un permanente incremento de la productividad, impulsando un mayor
crecimiento como país. Asimismo, al contar con una especialización
internacional en rubros más intensivos en innovación, este crecimiento es más
estable, revirtiendo el impacto que el carácter cíclico de los mercados de commodities
genera en nuestra trayectoria económica. La innovación es importante, pues
tiene como resultado no sólo nuevos productos y servicios, sino que genera,
como externalidad fundamental, nuevo conocimiento y capacidades, los que quedan
disponibles para enfrentar nuevos desafíos en el futuro. Un país con mayores
fortalezas en el ámbito de la innovación – con consumidores más exigentes, empresas
más dinámicas, trabajadores más preparados y un gobierno promotor – está en
definitiva, mejor preparado para enfrentar las incertidumbres generadas por el
actual entorno de hipercompetencia global. Por último, es necesario tener
presente que Chile es aún un país en desarrollo emergente, limitado en
dimensión y recursos, por lo cual resulta inevitable que la mayor parte del
nuevo conocimiento científico y tecnológico se seguirá produciendo más allá de
nuestras fronteras, por lo que es presumible que, por un lapso prolongado, la
transferencia tecnológica, asociada a inversión extranjera directa, a la
obtención de licencias y a los procesos de adopción y adaptación de tecnología
disponible en el mundo, tendrán mayor peso en nuestro país que la innovación
autóctona, resaltándose así la necesidad de conectividad y asociación
internacional. Los procesos de adaptación y adopción tecnológica tendrán un
significativo componente de transferencia tecnológica local, de una empresa
innovadora a otras, y entre regiones del país, todo lo cual liga la
transferencia tecnológica a los procesos de información y difusión tecnológica.
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